Los propósitos de año nuevo son parte de la costumbre anual de muchos de nosotros. La llegada del nuevo año nos da la oportunidad para detenernos por un momento y planificar un futuro mejor. Por ejemplo, los gimnasios aumentan sus membrecías considerablemente en enero con personas que desean bajar de peso o mejorar su condición física. También escuché que el índice de divorcios crece considerablemente las primeras semanas del año. Independientemente de la sabiduría de los propósitos, todos los deseos persiguen un mejor destino.
El nacimiento de Jesús cambió al mundo. La navidad es, sin duda alguna, el acontecimiento más importante en la historia de la humanidad y, por lo tanto, la mayor celebración de cada año. El Dios creador del universo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Dios no está lejos ni es distante sino que a través de Jesús su presencia es real y personal. De hecho, el milagro de la navidad se resume con la palabra “Emanuel” que significa apropiadamente “Dios con nosotros.”
Por los tres últimos años, el índice de felicidad planetaria ha dado a conocer los países más felices del mundo de acuerdo a ciertos parámetros. Los resultados sorprendentes de la última edición en el 2012 señalaron que país más feliz del mundo es Costa Rica, en segundo lugar se encuentra Vietnam y en tercero Colombia. Los Estados Unidos se ubicaron en el lugar 104. Este índice de felicidad se basa en tres cosas: 1) Se hace la pregunta la persona, "¿Qué tan feliz es usted?" En una escala del 0-10. 2) Luego se mide la expectativa de vida de las personas de ese país. Finalmente se mide cuanta “tierra” (o recursos ecológicos) necesita la persona en ese país para ser feliz.